¡Si eres curios@ este post está hecho para ti! Pero antes de contarte las diversas peculiaridades de las puertas automáticas queremos ponerte en contexto; y es que, hasta los inicios de estas puertas son peculiares.

Para descubrir cómo fue uno de los primeros mecanismos que permitían el movimiento de una puerta sin necesidad de esfuerzo físico por parte de un ser humano tenemos que echar la vista atrás 2.000 años. Fue un inventor greco-romano, Herón de Alejandría, quien consiguió abrir y cerrar automáticamente las pesadas puertas de un templo. El mecanismo funcionaba de tal forma que cuando se encendía la hoguera de sacrificio en el templo, las puertas se abrían por si solas; y cuando el fuego se apagaba, el resultado era el contrario, las puertas se cerraban como por arte de magia, como si fueran los propios dioses los encargados de hacerlo. Sin embargo, era la ciencia la que estaba detrás de todo esto.

Herón sabía que cuando el aire y el agua se calientan, se expanden; por lo que diseño un sistema en el que, al encenderse la hoguera, hacía que al calentarse el agua de una caldera ésta se movía por un sifón hasta otro recipiente el cual al tomar peso accionaba unas poleas con cuerdas que abrían las puertas. Al apagarse el fuego, ocurría lo contrario y el agua retornaba a la caldera, perdiendo peso el recipiente y cerrándose las puertas.

Eolípila de Herón

Volviendo a la actualidad, las puertas automáticas tienen algunas peculiaridades que en Mercadock consideramos que convienen conocer:

No, no hace falta apuntar al motor

En el caso de abrir la puerta con mando a distancia, siempre que nos encontremos en la distancia adecuada, no es necesario apuntar hacia el motor de la puerta automática, podemos apuntar a otro lado, ya que la señal a veces no va directa, sino que rebota en otras paredes o edificios hasta llegar al receptor de señal. Por lo general, un receptor ubicado tras una gruesa pared de hormigón, dificulta más la apertura que si atraviesa la propia puerta.

Tu puerta lleva incorporado un termostato

Los motores están equipados con unos sensores de temperatura que pueden llegar a parar temporalmente por seguridad el movimiento de la puerta si se calienta en exceso, bien por un uso exagerado continuo o por recibir durante muchas horas el sol directo como ocurre en las puertas correderas. Pero no te asustes, todas nuestras puertas automáticas llevan un sistema de desbloqueo que permite mover la puerta con facilidad en caso de emergencia, aunque ésta sea grande, por tanto, nuestras puertas siempre te permitirán el paso.

Sí, las puertas automáticas pueden abrirse manualmente

Se tiene la creencia que las puertas automáticas únicamente pueden abrirse de manera automática. No obstante, todas ellas pueden abrirse manualmente con una llave, palanca o mecanismo que permita desbloquearla y poder acceder al interior en caso de que el sistema se sature y bloquee.

Cuidado con el lubricante

Debemos tener especial cuidado a la hora de engrasar las puertas automáticas, ya que si se hace en exceso las guías y el motor pueden atascarlas. Lo recomendable es echar un lubricante líquido 1 vez al trimestre.

Por último, queremos recordaros que todas nuestras puertas automáticas están homologadas con etiqueta de marcado CE, manual de uso y mantenimiento y declaración de conformidad de su fabricación.